Comenzamos la Navidad con el mes de Acción de Gracias, que yo sé que a varios les molesta que los que no somos Estadounidenses lo celebremos, pero jamás entenderé por qué.
Es el preámbulo perfecto para celebrar el Nacimiento de Jesús, Nuestro Salvador y Rey.
¿Que cosa mejor que un mes entero en donde practicamos nuestro músculo de agradecimiento para que para diciembre podamos terminar la carrera del año dejando atrás nuestros enojos y resentimientos, y toda cosa que te está evitando amar sin condiciones?
Y es que no nos sale natural el ser agradecidos, por lo menos a mí… aun con todo lo que Dios me ha dado, cuando tengo que hacer algo que me saca de mi zona de confort, o que siquiera pide de mí un poco más de lo que quiero dar, mi reacción natural es quejarme (aunque sea interno, siempre la queja envenena).
Y a veces tengo todo el derecho de quejarme, porque no es justo, porque no tengo tiempo, porque estoy ocupada, porque yo, porque ahorita, porque….
Y ese es el problema que nos enfocamos mucho en NOSOTROS, y en vez de estar agradecidas, pasamos a estar resentidas porque los otros no nos han agradecido a nosotros…
Por eso la acción de dar gracias es justamente ejercitar ese músculo que NO nos viene natural, llevando nuestra alma a practicar SER agradecida mientras lo repetimos con nuestra boca y ejecutamos con nuestras acciones.
O sea, dejar de ser el centro de atención y para que podamos poner a los demás.
Así comienza el cambio, a veces, de afuera para adentro, hasta que ambos se alineen.
Bueno, entonces ahí les va mi confesión…
A pesar de que atender me sale fácil, no significa que no me cuesta. Justamente por lo que te decía antes, a veces uno no tiene tiempo, energía, etc.
Y siempre recuerdo que Dios NO tiene por qué darte tus talentos, se los pudo haber dado a alguien más, y el punto entero de ellos es que LOS MULTIPLIQUES, y lo haces cuando lo das a los demás, no cuando nos guardas.
Y lo bello de todo es que cuando los usas para los demás, verdaderamente encuentras el tesoro escondido y preciado que vale más que todos.
¿Recuerdo una vez, siempre que me preguntaban “Cómo vas?”, refiriéndose a mi agenda, yo siempre contestaba en broma “Pues aquí, que ya solo me falta, me ponga una escoba amarrada para además ir barriendo mientras camino”…
Y una vez Dios me paró en seco y me hizo ver lo soberbia que sonaba, la falta de gratitud que venía de un comentario inocente y hasta chistoso, porque en el fondo me estaba poniendo en posición de Martir y Héroe, YO era el centro, la “non plus ultra”, la que hacía TODO….
Ese momento me cambió, y me ayudó a entender que Él es el comienzo y el final, el porqué y el para qué, y mientras más rápido te ubiques en esta realidad, más fácil se te va a hacer agradecer
porque vas a finalmente confiar, no en Vos, sino que en Él…
Además, si lo que haces viene de Él, de Su fuente inagotable de Amor, tu cansancio no te desgasta, sino que te energiza.
Bueno, y para que no sea tan seria la cosa, les dejo aquí un catálogo entero de fotos otoñales de como decore mi casa porque además de amar el sentido detrás de esta celebración, amo la paleta de colores que es la transición perfecta para que la casa pase de verano a invierno (aunque vivamos en un país bendecido con 75 grados el año entero, más o menos).
Marcela Zacapa
Los quiero
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